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¿Se puede vivir solo del turismo?

¿Se puede vivir solo del turismo?

Por Miguel Ledesma

 

¿Se puede vivir solo del turismo? Hoy, el coronavirus está ayudando a entender lo que dije en 2017 cuando publiqué el libro Mitomanías del turismo. El mito 16 (pág. 21) argumentaba:

“Si nos enfocamos en el componente económico del turismo, diremos que no se puede vivir solo del turismo, porque tampoco se puede vivir solo del campo o de las industrias. Si se pretende ser un destino independiente, no subordinado a las decisiones que toman las naciones más aventajadas, se debe diversificar en cuanto a las actividades económicas, ya que apostar todo a una sola carta puede hacernos correr el riesgo de que la mayoría de las divisas se las lleven los de afuera y que los recursos se agoten o pierdan valor”.

Y además:

“Meter todos los huevos en la misma canasta nos puede volver menos ada

ptables a los vaivenes de la economía mundial y también hacernos caer en una monotonía laboral de la que luego pueda ser difícil salir. Venezuela no puede vivir solo del petróleo, Bolivia no puede vivir solo del gas, Argentina no puede vivir solo del campo y República Dominicana no puede vivir solo del turismo, ya que esto además genera procesos de desigualdad, exclusión y marginalidad entre quienes forman parte del monopolio y entre quienes no”.

Y esto vale tanto a nivel país como a nivel personal. A mis estudiantes de turismo les digo cada año: estudien turismo, pero estudien además otra carrera diferente que les permita contar con otra fuente laboral, porque les planteo ¿Qué hacemos si de repente se acaba el turismo (Jamás pensé en un virus)? Si contamos con otra profesión nos podemos dedicar a ello y seguir adelante.

Lo mismo sucede si tenemos un solo emprendimiento ¿De qué vivimos si se para el turismo y solo tenemos una agencia de viajes, un barco o un hotel? Si en paralelo a mi negocio turístico voy desarrollando otro tipo de actividad, estaré mejor preparado para enfrentar cualquier futuro posible.

Será un año sin turismo. Aún queda esperar a que los contagios mermen y luego a que la gente pierda el miedo y vuelva a viajar. Sin embargo, aún estamos a tiempo de diversificar nuestra actividad y en pensar en otra fuente de ingresos. En tiempos de crisis es cuando la gente se vuelve más creativa y como dice el dicho: “están quienes se ponen a llorar y quienes se ponen a fabricar pañuelos”.

 

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