Hoteles y Turismo del Caribe en contra de eliminación de incentivos fiscales
La Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe (CHTA) advierte que la eliminación de incentivos fiscales a largo plazo podría afectar negativamente la contribución del turismo al desarrollo económico, el empleo y los ingresos fiscales en el Caribe.
Estos incentivos ayudan a compensar los altos costos operativos de la región y atraen importantes inversiones empresariales.
La CHTA reconoce los desafíos fiscales que enfrentan los gobiernos caribeños después del COVID-19. La infraestructura pública, la atención médica y los servicios sociales son cruciales para los ciudadanos y el éxito del turismo.
El turismo ha impulsado significativamente la recuperación económica, restaurando empleos e ingresos gubernamentales más rápido de lo esperado.
Si bien las inversiones en infraestructura respaldan un entorno estable tanto para residentes como para visitantes, eliminar los incentivos fiscales al turismo sin ofrecer alternativas corre el riesgo de frenar el crecimiento, reducir la competitividad y limitar la creación de empleo.
El turismo opera como un sector de exportación, generando divisas cuando los visitantes internacionales gastan en bienes y servicios locales. A diferencia de las exportaciones tradicionales, el producto turístico se consume localmente.
Gravar insumos como la infraestructura y la hospitalidad aumenta los costos y reduce la competitividad, lo que impulsa a los turistas a elegir destinos más económicos. Los incentivos son esenciales para sostener el crecimiento, mejorar la calidad del servicio y aumentar las ganancias en divisas.
Un desafío importante para el turismo caribeño es el envejecimiento del producto hotelero, que necesita renovaciones. Sin apoyo financiero, los hoteles tendrán dificultades para mantener los estándares globales, debilitando la competitividad de la región.
El turismo sigue siendo el motor económico del Caribe, beneficiando no solo a los hoteles, sino también a agricultores, pescadores y artesanos locales. Los incentivos fiscales han permitido a las empresas invertir en crecimiento, crear empleos y contribuir a la economía en general.
El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) emitió un informe especial en el 2022 sobre las perspectivas a largo plazo del turismo en el Caribe, advirtiendo que el nivel de contribución del turismo al PIB y el crecimiento
del empleo en la región dependerá de varios factores, incluyendo mayores inversiones en capital humano, digitalización, infraestructura pública y privada, y el grado de colaboración entre los sectores público y privado.
La Ley de Incentivos Omnibus de Jamaica de 2013 ofrece un ejemplo de reforma fiscal equilibrada. Al simplificar los incentivos fragmentados e introducir alivios fiscales corporativos y créditos de empleo, la legislación incentivó la inversión, manteniendo al mismo tiempo las contribuciones a la base impositiva.Santa Lucía ha adoptado un enfoque igualmente matizado.
Su Ley de Desarrollo Turístico mantiene concesiones de impuestos sobre la renta, pero las vincula al desempeño, alentando a los hoteles a comprar deproveedores locales, beneficiando tanto al turismo como a la economía en general.
En contraste, el Proyecto de Reforma Tributaria propuesto por la República Dominicana busca reemplazar una estructura de incentivos exitosa con aumentos de impuestos amplios, lo que podría socavar el papel del turismo como motor económico clave.
La rápida recuperación del país después de la pandemia, impulsada por renovaciones hoteleras y nuevas inversiones, muestra los beneficios de mantener los incentivos.
En 2022, los incentivos fiscales le costaron al gobierno US$138 millones, pero generaron US$763 millones en impuestos relacionados con el turismo, un retorno de 5.5 veces, y US$1.05 mil millones en inversión extranjera directa, ilustrando un efecto multiplicador de 13 a 1.
El reciente aumento del IVA en Antigua y Barbuda y la eliminación de incentivos clave ya están elevando los costos y amenazando la recuperación sostenida del sector turístico.
Los impuestos más altos y menos incentivos podrían poner en peligro la competitividad y la estabilidad económica.
“El turismo es más que un motor económico: es la columna vertebral de nuestras economías”, dijo Sanovnik Destang, presidente de la CHTA.
“Reducir los incentivos sin medidas de mitigación podría desestabilizar los esfuerzos de recuperación.
Debemos seguir invirtiendo en infraestructura y sectores de servicios para sostener el crecimiento del turismo”.
Destang enfatizó: “El turismo prospera no solo por la belleza natural, sino por la capacidad de las empresas para invertir en mejoras.
Eliminar los incentivos fiscales sin alternativas basadas en el desempeño corre el riesgo de socavar esas inversiones, especialmente a medida que aumenta la competencia global”.